Cuando la resiliencia es más que solo un plan B.
- Hugo Martínez
- 23 feb 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 9 feb 2021
El mismo término "resiliencia" parece difícil de pronunciar para el hispanohablante; sin embargo, en el campo de la Psicología es un concepto que ha sido muy usado ya por décadas. Algunos la definen como la capacidad de adaptación positiva ante situaciones adversas, otros como la capacidad para resistir el dolor.
Una muy buena definición es la encontrada en el libro Opción B de Sheryl #Sandberg.
Sandberg define #resiliencia como: “la fuerza y la velocidad de nuestra reacción a la adversidad” y asegura que “puede ser desarrollada”. Todos los seres humanos afrontamos eventos negativos, sufrimiento que a nuestro pesar son parte de la vida. Estos eventos hacen que nuestra resiliencia se desarrolle y nos permite recuperarnos y afrontar con éxito los mismos, en la mayoría de los casos.
La obra citada arriba señala tres factores que dificulta la recuperación, de acuerdo con el psicólogo Martin #Seligman, a saber:
La personalización. Creer que el evento es nuestra culpa.
La generalización. Creer que lo ocurrido va a afectar todos los aspectos de nuestra vida.
La permanencia. Creer que las secuelas del evento durarán toda la vida.
Es importante señalar que cada ser humano percibe los problemas de forma única y su grado de resiliencia también es única; sin embargo, el estar consciente de que cada problema tiene alternativas como solución, esa "opción B", nos permitirá afrontar con más éxito los problemas cotidianos de la vida.

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