La ansiedad, un mal común.

Parece que en estos días nadie está exento de vivir esta condición que, de no ser identificada o tratada a tiempo, puede representar un serio problema médico con una amplitud de repercusiones negativas. ​Todos llegamos a sentir esa clásica sensación nerviosa ante una tarea difícil o una situación complicada en el trabajo, la escuela o la familia; especialmente si debemos tomar una decisión importante; esa sensación es normal.

Los #transtornos de #ansiedad son diferentes y pueden impedir el llevar una vida normal. La ansiedad puede llegar a ser un trastorno mental en la que existe un constante agobiarse teniendo una repercusión inmediata en la salud de uno. ​Esto se convierte en un circulo vicioso, una situación de estrés sostenida por largo tiempo y no resuelta, trae como consecuencia ansiedad, esta a su vez desencadena sensaciones desagradables en el organismo que provocan preocupación en el individuo y como consecuencia se exacerba la ansiedad, provocando más y más sensaciones que pueden imposibilitar la conducción adecuada de la vida.

Aquí debemos entender un poco sobre el sistema nervioso: existen funciones esenciales que se realizan sin el conocimiento consciente el individuo, tales como la respiración, la función cardiaca, el acondicionamiento de temperatura temporal, cuando la ansiedad se convierte en un problema, el individuo puede sentir palpitaciones, taquicardia (frecuencia cardiaca acelerada), taquipnea (respiración rápida), hipertensión (elevación de la presión arterial) y una serie de sensaciones que llegar a ser muy molestas. Algunas de estas, de acuerdo con la psicóloga Fabiola Cuevas, son las siguientes:

• hormigueos

• tensión

• opresión del pecho

• temblor de cualquier parte del cuerpo

• cosquilleo

• frío o calor interno

• mareos

• cambios de visión

• pitidos en los oídos, oídos tapados.

• dolor de cabeza, de quijada, pecho, espalda, estómago, piernas, pies, manos, hombros

• sudoración o sed excesiva

• ganglios inflamados

• sensación de pesadez física

Ciertamente el escenario suena muy desalentador para alguien que tenga uno o más de estas sensaciones, ¿qué se puede hacer para controlar la ansiedad? Así como conscientemente el individuo pretende controlar funciones que son trabajo del sistema nervioso, también de forma consciente debe pensar que las sensaciones son solo un descontrol momentáneo del mismo sistema nervioso y que no está en peligro de muerte.  Siempre existe un desencadenante: una preocupación descontrolada, una pérdida (de empleo o de alguien amado), aún excesos en la comida y bebida pueden repercutir en nuestro sistema integral que nos da estabilidad emocional. Es necesario aprender a escuchar a nuestro organismo, a alimentarlo adecuadamente, darle el descanso necesario, sin olvidar la importancia del ejercicio moderado. Habrá ocasiones en que será necesario recurrir a un profesional de la salud para atender algún desequilibrio psicológico, es una decisión personal. Nunca piense que la ansiedad es un estado permanente, sin solución,  con la ayuda necesaria puede encararla y disfrutar razonablemente la vida.